La inspiración de la temática de este restaurante ubicado entre el parque de Doña Casilda y la nueva zona comercial y financiera de la ciudad son los cuatro elementos de la naturaleza: el agua, el viento, la tierra y el fuego, su diseño interior ecléctico, fuera de todos formalismos, tiene influencias orientales y de la naturaleza en todas sus formas.

El diseño del interior, como ya se ha comentado, está inspirado en los elementos de la naturaleza; la tierra en los revestimientos cerámicos en colores ocres y grises, de las paredes, la piedra en el suelo y en el alabastro retroiluminado en la trasera del bar, el fuego nace de la iluminación ambiental, en los pilares y paredes del local, a los apliques de diseño semejantes a nidos y lámparas colgantes como nubes, se une la proyección continua de llamas en una de las paredes que te hace sentir en el interior de un volcán, el viento discurre por los techos, láminas textiles cuelgan del mismo y ondean serpenteantes en su recorrido como el vientre de una ballena, el agua mana del techo a modo de cortina mínima separando ambientes en el comedor.

Toda la fuerza que dan estos los contrastes, y el eclecticismo reinante en el local, se templa en la zona trasera con el jardín vertical, un espacio en doble altura mucho más relajante, donde la luz del sur y las vistas del parque, invitan a disfrutar de la comida.

El mobiliario es acogedor, de diseño con inspiración oriental moderna, textiles, fibras vegetales y maderas rezuman comodidad y hacen sentirte abrazado por la Pachamama, sin duda encaja a la perfección con el diseño interior del restaurante que no deja indiferente a nadie